La víctima necesita saber que no fueron las acciones de ella, sino el plan del abusador, lo que llevó al abuso sexual. Necesita oír que él es el culpable y que ella no es un accesorio del ilícito sino la víctima. Necesita entender que las reacciones de ella durante el asalto, aunque haya escogido no resistirse, gritar o alguna otra táctica, era lo que ella debía hacer para sobrevivir. Solamente sus instintos podrían decirle a ella que tan violento era el abusador en ese momento, y ella está en lo correcto al confiar en sus instintos.
Legalmente debe guiarse al abusado, y su familia, a hacer la denuncia lo más pronto que se pueda, después de cometido el ilícito; evitando al máximo destruir cualquier evidencia por medio de la ducha, baño del cuerpo o partes afectadas, cambio de ropas, o aplicación de medicamentos. Se debe insistir, al afectado y su familia, la necesidad de denunciar un caso de abuso sexual; se les debe recordar que con la denuncia no solamente se está protegiendo a la víctima sino a futuras personas que pueden ser objeto de abuso por parte del infractor no denunciado.
En Colombia se puede acudir, en primer lugar, a la Fiscalía, Centros Zonales de Bienestar Familiar, Comisarías de Familia e Inspecciones de Policía. También la asociación PAVAS, a través de su grupo de apoyo interdisciplinario (psicólogos, trabajadores sociales, pedagogos reeducativos, abogados y médicos) está en condiciones de prestar la asesoría y servir de guía inmediata, a la víctima, al abusador, las familias y la comunidad, para empezar a dar solución a un caso de abuso sexual.
Tu cuerpo es un templo y nadie podrá acceder a él
sin tu permiso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente este artículo.